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sábado, 4 de octubre de 2008

REFLEXIÓN DE MONS. HECTOR AGUER MENORES DELINCUETES: LA CAUSA DE UNA CATASTROFE


En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (que ahora se emite por AMERICA TV, los sábados a las 11.00 horas), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, tras confesar que los datos sobre “la proliferación del delito” le produjeron “estupor, escalofríos” pues detuvieron a 5351 menores por diversos tipos de delitos, algunos de ellos muy graves, hasta homicidios” y “el 90% de esos adolescente quedó inmediatamente en libertad”.

Sostuvo que “se habla de inseguridad, que se percibe y se sufre cuando la multiplicación de robos y crímenes pone en peligro, como un fenómeno general, la vida y los bienes de una población” pero “hay que hablar de proliferación del delito y de este fenómeno creciente de la frecuente caída de menores en actos delictivos. Por eso a mí se me ocurre que deberíamos pensar en varios factores que inciden en este hecho”.

Para el prelado platense los factores que influyen en este flagelo son: la familia, “¿hay una familia, una verdadera familia, detrás de esos chicos que delinquen? ¿Cuántas décadas hace que la familia viene siendo erosionada, por todos los medios, en la Argentina?”; también el fracaso del sistema educativo pues “el sistema educativo argentino ha entrado en quiebra… ¿qué se trasmite hoy en la escuela? Recientemente se ha señalado que ni siquiera se trasmiten como es debido los saberes básicos. Pero además: ¿hay alguna transmisión de valores, de actitudes de vida; se logra formar a los niños y adolescentes en una auténtica humanidad a través del proceso educativo?”.

En tercer lugar la pobreza extrema, la miseria, la marginalidad “en la que viven tantos chicos, tantas familias en la Argentina de hoy. Es evidente que la miseria material arrastra consigo una miseria moral. ¿Cómo es posible vivir virtuosamente en determinadas condiciones de carencia y abandono?”

Monseñor Héctor Aguer también mostró su preocupación por la existencia del submundo de la droga que ya ha atrapado a muchos jóvenes. ¡Hay tanta gente, tantos hermanos nuestros, que viven en condiciones infrahumanas! Es evidente que tal situación es un caldo de cultivo para toda clase de delitos”.

Explicó que junto a “los factores mencionados” debemos pensar “en la tremenda decadencia de la cultura popular. También esto viene agravándose en las últimas décadasla cultura popular ha decaído tremendamente ¿Qué valores tienen vigencia? ¿Qué sentido del respeto, de la justicia, de la solidaridad, del amor? ¡Se nota en nuestra sociedad tanta tensión, tanta violencia, tanto resentimiento!”

“No se puede resolver el problema de la inseguridad de un día para otro. Y no se arregla simplemente con reformas policiales o judiciales. Serán medios indispensables éstos, pero es preciso conocer y diagnosticar las verdaderas causas, y a aplicarse con seriedad a buscar y aplicar los remedios. Esto demorará mucho tiempo, por lo tanto habrá que tener paciencia, habrá que estudiar y trabajar seriamente, sin confundir los objetivos, sin equivocar el camino”, dijo.

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:




“Hace unos días, a propósito de la proliferación del delito, leí unos datos que me causaron estupor, escalofríos. Entre enero y mayo, en la Provincia de Buenos Aires,”.

“El 90% de esos adolescente quedó inmediatamente en libertad. Al publicarse estos datos en los medios de comunicación recrudecieron las discusiones acerca de la conveniencia de bajar la edad de imputabilidad de los menores. Muchos sugieren que podrían ser imputables a partir de los 13 años”.

“Pero lo que no he visto es que se intentara un diagnóstico realista de la situación. Sobre todo, que se identificaran las causas, las posibles causas de este doloroso fenómeno. Se habla de inseguridad, pero la inseguridad es una sensación subjetiva que se percibe y se sufre cuando la multiplicación de robos y crímenes pone en peligro, como un fenómeno general, la vida y los bienes de una población”.

“En realidad, hay que hablar de proliferación del delito y de este fenómeno creciente de la frecuente caída de menores en actos delictivos. Por eso a mí se me ocurre que deberíamos pensar en varios factores que inciden en este hecho, relativamente nuevo en la Argentina”.

“En primer lugar hay que señalar el problema de la familia. ¿Hay una familia, una verdadera familia, detrás de esos chicos que delinquen? ¿Cuántas décadas hace que la familia viene siendo erosionada, por todos los medios, en la Argentina? Pienso que hace más de dos décadas”.

“¿Esos chicos han tenido una educación familiar, han sido objeto del amor de un padre y una madre? ¿Han sido queridos, cuidados, guiados? Hay muchos chicos huérfanos con padres vivos en la Argentina de hoy y nadie enfoca seriamente la problemática familiar. No existe, en realidad, una política familiar, de apoyo y de promoción de la familia, de cuidado a la familia en riesgo. Al contrario, se ha venido promoviendo, implícita o explícitamente su disolución”.

“El segundo factor que, se me ocurre, interesa en este tema es el fracaso del sistema educativo. El sistema educativo argentino ha entrado en quiebra. Esta caída se nota, sobre todo, si comparamos la situación actual con aquello que fue, durante décadas y décadas, casi durante cien años con ponderable éxito nuestra educación pública”.

“La reforma de la década de 1990 y la que se está ejecutando no parecen dar resultados satisfactorios. Pensemos, por ejemplo: ¿qué se trasmite hoy en la escuela? Recientemente se ha señalado que ni siquiera se trasmiten como es debido los saberes básicos. Pero además: ¿hay alguna transmisión de valores, de actitudes de vida; se logra formar a los niños y adolescentes en una auténtica humanidad a través del proceso educativo?”.

“Pensemos, en tercer lugar, en la pobreza extrema, en la miseria, en la marginalidad en la que viven tantos chicos, tantas familias en la Argentina de hoy. Es evidente que la miseria material arrastra consigo una miseria moral. ¿Cómo es posible vivir virtuosamente en determinadas condiciones de carencia y abandono?”

“Está, además, el “submundo de la droga” que ya ha atrapado a muchos jóvenes. ¡Hay tanta gente, tantos hermanos nuestros, que viven en condiciones infrahumanas!. Es evidente que tal situación es un caldo de cultivo para toda clase de delitos”.

“Por último, reuniendo todos los factores mencionados, pensemos en la tremenda decadencia de la cultura popular. También esto viene agravándose en las últimas décadas. Cuando digo cultura no estoy pensando en términos académicos, sino que me refiero al uso pastoral del sustantivo cultura que es el cultivo de las relaciones de la persona con sus semejantes, con su entorno vital, con el mundo de la naturaleza y con Dios”.

“Pues bien: la cultura popular ha decaído tremendamente ¿Qué valores tienen vigencia? ¿Qué sentido del respeto, de la justicia, de la solidaridad, del amor? ¡Se nota en nuestra sociedad tanta tensión, tanta violencia, tanto resentimiento!”

“Aquí están los verdaderos factores que habría que estudiar. No se puede resolver el problema de la inseguridad de un día para otro. Y no se arregla simplemente con reformas policiales o judiciales. Serán medios indispensables éstos, pero es preciso conocer y diagnosticar las verdaderas causas, y a aplicarse con seriedad a buscar y aplicar los remedios. Esto demorará mucho tiempo, por lo tanto habrá que tener paciencia, habrá que estudiar y trabajar seriamente, sin confundir los objetivos, sin equivocar el camino.”

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