Vea "Claves para un Mundo Mejor" en América TV - Sábados 09.00 hs y en Canal María/EWTN - Domingos, Miércoles y Viernes 21.00 hs. Vea "Claves para un Mundo Mejor" en América TV - Sábados 09.00 hs y en Canal María/EWTN - Domingos, Miércoles y Viernes 21.00 hs.

sábado, 11 de octubre de 2008

REFLEXIÓN DE MONS. HECTOR AGUER LEER EN LAS ESCUELAS PERO SIN MORALEJAS NI RELIGION


En su reflexión televisiva semanal en ”Claves para un Mundo Mejor” (que ahora se emite por AMERICA TV, los sábados a las 11.00 horas), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, cuestionó aspectos de un programa elaborado por el Ministerio de Educación de la Nación que “procura promover la lectura” pero si un estudiante lee en voz alta al grupo no debe ser examinado y según señala la cartilla, que se envió a todos los colegios, los textos elegidos no deben tener moralejas ni contenidos religiosos, teniendo en cuenta el carácter laico de la educación”.

El prelado platense explicó que la propuesta lo dejó “perplejo” comentó que el plan indica que deben participar “no sólo maestros o profesores y alumnos sino también, como aquí se dice, “todos quienes integran el equipo escolar y que deseen hacerlo: porteros, auxiliares, cocineros, directivos, secretarios, etc. Además, tendrían “que sumarse padres, familiares, vecinos, artistas locales, periodistas, deportistas”… parece que se proyecta una especie de espectáculo público de lectura”.

Explicó que se pueden leer textos con los gustos de los alumnos, modas culturales diversas, se recomiendan textos de respeto por los derechos humanos, la tolerancia, la defensa del espíritu democrático letras de canciones, textos de circulación barrial o de inéditos, graffitis, leyendas de remeras, argumentos de algunos videojuegos, siempre que respeten lo anterior, es decir “sin moraleja y sin religión”.

Monseñor Héctor Aguer manifestó que “este desliz pone en descubierto la pata de la sota: educación laica se entiende como educación atea. Además, si se excluyen las moralejas, parece que también se pretende una educación sin moral”.

“Según este proyecto no se pueden leer ni las fábulas de Esopo, ni las de Lafontaine, ni las de Iriarte o Samaniego, ni las “Camperas” de Castellani ni los cuentos de nuestro amigo Mamerto Menapace. ¿Por qué? Pues porque todas estas obras traen moraleja”, indicó.

Culminó diciendo que consideraba que con esta “orientación el resultado de esta iniciativa del Ministerio de Educación de la Nación es muy dudoso. O más bien, resultará un nuevo descenso cultural de la población juvenil. Existe un valioso tesoro de textos de lectura… No, sólo se propone privar a los jóvenes de la religión y la moral; se les ofrece material descartable, inscripciones efímeras, prosaísmo elemental. ¡Pobre de ellos!”.

Texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:



“Desde hace tiempo, las autoridades educativas de nivel nacional y de las jurisdicciones provinciales están procurando promover la lectura en el aula. Lograr que los chicos de hoy adquieran ese gusto por la lectura. Este es un propósito muy digno de elogio”.

“Sin embargo, algunas iniciativas me dejan en la duda, me inducen a la perplejidad. Recientemente han llegado a los colegios católicos de la Arquidiócesis de La Plata, en grandes cantidades, unos folletos del Ministerio de Educación de la Nación destinados a los distintos niveles educativos”.

“Tengo en mis manos y estoy hojeando el que corresponde a educación secundaria y superior. Son sugerencias para la lectura en voz alta”.

“No se trata de aquella práctica curricular de la lectura como era usual, cuando yo era niño: pasábamos al frente y se nos enseñaba a leer en voz alta, con indicaciones bien precisas y con las correcciones que hubiera menester, cómo había que entonar las puntuaciones, los signos de admiración o de interrogación”.

“No se trata de eso, sino “de una experiencia educativa de la que van a participar no sólo maestros o profesores y alumnos sino también, como aquí se dice, “todos quienes integran el equipo escolar y que deseen hacerlo: porteros, auxiliares, cocineros, directivos, secretarios, etc.”.

“Además, tendrían “que sumarse padres, familiares, vecinos, artistas locales, periodistas, deportistas”… parece que se proyecta una especie de espectáculo público de lectura. En ese contexto, los alumnos tendrían que ejercitarse, pero “si un estudiante lee en voz alta al grupo no debe ser examinado”. Se establece una distinción entre evaluar y examinar”.

“Lo que más me interesa destacar, y lo que más me preocupa, es la afirmación que figura en esta cartilla, sobre los textos a emplear en la lectura. Se ofrecen estas sugerencias a los colegios católicos y supongo que también, con mayor razón, a los de gestión estatal. Dice la cartilla que los textos elegidos no deben tener moralejas ni contenidos religiosos, teniendo en cuenta el carácter laico de la educación”.

“Se hace referencia a los gustos de los alumnos, a modas culturales diversas; eso sí habría que tenerlo en cuenta. También se recomienda el hacer referencia a textos de respeto por los derechos humanos, la tolerancia, y la defensa del espíritu democrático pero ni moralejas ni religión. ¿En qué se han de fundamentar esos valores?”.

“Este desliz pone en descubierto la pata de la sota: educación laica se entiende como educación atea. Además, si se excluyen las moralejas, parece que también se pretende una educación sin moral”.

“Según este proyecto no se pueden leer ni las fábulas de Esopo, ni las de Lafontaine, ni las de Iriarte o Samaniego, ni las “Camperas” de Castellani ni los cuentos de nuestro amigo Mamerto Menapace. ¿Por qué? Pues porque todas estas obras traen moraleja”.

“Es notable todo esto. ¿Qué valores se quieren transmitir entonces a través de la lectura? ¿Sólo se procura el valor formal de aprender a leer?”.

“Hay otras indicaciones curiosas, siempre según el folleto que se ha enviado a nuestros colegios: “hay que aceptar las sugerencias de lectura de los jóvenes, como letras de canciones, textos de circulación barrial o de inéditos”, siempre que respeten lo anterior, es decir sin moraleja y sin religión”.

“Además se sugieren como estrategias que acerquen a docentes y jóvenes lecturas de graffitis, leyendas de remeras, argumentos de algunos videojuegos, apodos (nick) de msn. ¿Estrategias o demagogia? ¿Tan lejanos de lo mejor de la cultura se considera a nuestros jóvenes?”.

“Sinceramente, me parece que con semejante orientación el resultado de esta iniciativa del Ministerio de Educación de la Nación es muy dudoso. O más bien, resultará un nuevo descenso cultural de la población juvenil”.

“Existe un valioso tesoro de textos de lectura: clásicos de literatura infantil y juvenil que habría que poner nuevamente en circulación, y numeras obras de autores actuales que merecen integrarse a un programa de promoción de la lectura en voz alta. Sin dejar de lado la poesía, que buena falta nos hace a todos para entrenarnos en el gusto de la belleza. No, sólo se propone privar a los jóvenes de la religión y la moral; se les ofrece material descartable, inscripciones efímeras, prosaísmo elemental. ¡Pobre de ellos!”.


0 comentarios: