MONS. AGUER la relación del CRISTIANO con la Virgen ante supuestas apariciones
REFLEXIÓN DE MONS. HECTOR AGUER
RELACIONARNOS con LA VIRGEN desde lo COTIDIANO Y NO POR SIGNOS EXTRAORDINARIOS o SUPUESTAS APARICIONES Y MENSAJES
Con motivo de la celebración de la Fiesta de la Asunción de
Explicó que esta “esta verdad es un dogma de nuestra fe” pues “presenta a la Virgen en su realización total” y comentó que el poeta Paul Clodell decía que “María, llevada al cielo, es la criatura en su honor primero y en su desarrollo final. Es, desde la gloria de Cristo, desde donde,
El prelado platense señaló que le parecía oportuno hacer “esta reserva, esta cautela, porque hoy día existe un ansia excesiva por lo maravilloso. Todo el mundo quiere ver signos visibles, sensibles y perceptibles de lo sobrenatural y, a lo mejor, descuida aquello que es esencialmente sobrenatural que es la vida de la gracia de Dios”.
Monseñor Héctor Aguer destacó que “es verdad que los milagros son signos extraordinarios del poder divino” también “es una realidad mucho más importante, más decisiva divina la obra que Dios hace a través de los medios ordinarios como la predicación o los sacramentos de la Iglesia y a través de esa intervención ordinaria de la Virgen en la vida de los fieles convirtiendo las almas y haciendo que todos aspiremos a la santidad”.
“Digo esto porque en los últimos años han recrudecido estos presuntos mensajes y apariciones y creo que no hay que hacer tanto caso de eso. El modo ordinario de relacionarnos con Dios es la fe y con
Puso como ejemplo un supuesto de que pasaría “si en Luján,
“Dios no obra de esa manera. Tenemos que acostumbrarnos a percibir con fe los signos de la presencia de Dios y de la intervención de María en la trama ordinaria de nuestra vida y de la vida de
“Nosotros reconocemos con una carga enorme de alegría, de gratitud y de amor que podemos contar con María. La reconocemos en su Asunción como Reina de Cielos y Tierra pero, como decía Santa Teresita del Niño Jesús la Virgen, María tiene más de Madre que de Reina”.
Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“El 15 de Agosto es una de las fechas marianas más antiguas: se celebra, en ese día, la Asunción corporal de
“Esta verdad es un dogma de nuestra fe. Es, además, la que nos presenta a la Virgen en su realización total. Un gran poeta, Paul Clodell, decía que María, llevada al cielo, es la criatura en su honor primero y en su desarrollo final. Es, desde la gloria de Cristo, desde donde,
“Nosotros reconocemos con una carga enorme de alegría, de gratitud y de amor que podemos contar con Ella. La reconocemos en su Asunción como ..
//.. Reina de Cielos y Tierra pero, como decía Santa Teresita del Niño Jesús la Virgen, María tiene más de Madre que de Reina”.
“Ella ejerce una función y un influjo sobre la Iglesia toda porque es Madre de la Iglesia y sobre cada uno de nosotros pues todos sabemos que podemos recurrir a Ella con confianza. Que lejos de ser un atajo que nos complique la llegada a la meta al contrario Ella es el camino más directo para ir a Cristo, para encontrarnos con Él”.
“Pero me gustaría insistir en esto de que la intervención de
“Hago esta reserva, esta cautela, porque hoy día existe –como en otras épocas de la Historia se ha verificado- un ansia excesiva por lo maravilloso”.
“Todo el mundo quiere ver signos visibles, sensibles y perceptibles de lo sobrenatural y, a lo mejor, descuida aquello que es esencialmente sobrenatural que es la vida de la gracia de Dios”.
“Es verdad que los milagros son signos extraordinarios del poder divino pero es una realidad mucho más importante, más decisiva divina la obra que Dios hace a través de los medios ordinarios como la predicación o los sacramentos de la Iglesia y a través de esa intervención ordinaria de
“Digo esto porque en los últimos años han recrudecido estos presuntos mensajes y apariciones y creo que no hay que hacer tanto caso de eso. El modo ordinario de relacionarnos con Dios es la fe y con
“Fíjense ustedes: no seria un disparate, no sería algo extraño y contrario al proceder de la Providencia de Dios que, por ejemplo, en Luján,
“Dios no obra de esa manera. Tenemos que acostumbrarnos a percibir con fe los signos de la presencia de Dios y de la intervención de María en la trama ordinaria de nuestra vida y de la vida de
“Ya llegará el día en que, con la gracia de Dios, llegaremos allí donde María reina para siempre en la gloria y entonces sí, veremos cara a cara, conoceremos como somos conocidos, habrá pasado la necesidad de tantos apoyos, a los cuales recurrimos ahora quizás con excesiva frecuencia. Entretanto es a través de la fe como nos vamos encaminando hacia esa meta donde la Virgen, llevada al cielo, nos espera. Hasta la semana próxima”.
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